Un Desamor de
Telenovela
¿ESTÁ MURIENDO LA TELENOVELA?
Pareciera que los años dorados del melodrama televisivo han pasado y poco a poco pierde su encanto. Las nuevas generaciones parecen encontrar mayor interés en otro tipo de historias que los expertos llaman las Narrativas Transmedia. ¿Tendrá algo que ver que ambos poseen características opuestas? ¿Será posible salvar la telenovela? o ¿su destino es la desaparición?
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La gran aceptación de los contenidos transmedia en los distintos públicos o usuarios, antes denominados audiencias, y la pérdida de interés de esos mismos en el género de la telenovela, que fue de gran impacto en otros tiempos, es una realidad en la industria audiovisual colombiana y seguramente, en el resto de América Latina.
Tanto la telenovela como las Narraciones Transmedia tienen características muy particulares sobre las que han escrito y opinado sus expertos o hacedores. Rasgos que, a simple vista, son distintos y que en una primera impresión nos permiten pensar que tal vez los atributos del melodrama televisivo, esos mismos que lo hicieron tan exitoso, pueden paradójicamente ser una de las posibles causas de su ocaso; así como las características de las narrativas transmedia influyen en su apogeo.
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UN PASADO MEJOR
La televisión colombiana alcanzó sus mejores índices de sintonía con telenovelas. Sin embargo, el alcance de la denominada caja de oro ha cambiado en los últimos 20 años, pues el consumo de medios audiovisuales tradicionales ha disminuido.
Para nadie es un secreto que la televisión y, por ende, las telenovelas, han ido perdiendo terreno frente a otras opciones, llamados nuevos medios. En el caso colombiano, el público fácilmente se paralizaba frente a una telenovela a tal punto que esta se volvía el tema de conversación en todas las clases sociales, llegando incluso a los líderes del país. Ocurrió por ejemplo con Café con aroma de mujer, con la cual incluso columnistas de medios destacados como D´artagnan en El Tiempo en 1994, hicieron sendos escritos tratando de explicar la razón de la aceptación.
Café con aroma de mujer en su momento paralizó el país
Años atrás la audiencia se había rendido antes historias como San Tropel, Sangre de lobos, Caballo viejo, Los Cuervos y extranjeras como Los Ricos también lloran. Regresando a Café, que fue emitida a mediados de la década de los 90, es importante anotar que su rating superaba los 30 puntos. Normalmente los melodramas promedio marcaban entre 25 y 28 de sintonía.
Como lo refirió, en 1993, Jesús Martin Barbero. «Gran parte del actual esquema de la televisión latinoamericana descansa sobre la ganadora fórmula comercial del melodrama. Hay en la programación telenovelas que satisfacen gustos diversos y llenan expectativas de las distintas clases sociales”.
Poco a poco y a medida que el internet empezó a cautivar, los gustos por la telenovela fueron decreciendo y así lo evidencian los números de audiencia. Desde que existe la televisión privada en Colombia (1998) esas producciones han ido perdiendo seguidores.
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Las más vistas logran la mitad de las cifras de antes con bastante esfuerzo. Según la página especializada RatingColombia ninguna ha llegado a los 20 puntos, incluso otros formatos como realities las superan. Además, en este tiempo varias producciones han tenido que ser cortadas o sacadas del aire debido a su baja audiencia, algo que antes era impensable.
"Gran parte del actual esquema de la televisión latinoamericana descansa sobre la ganadora fórmula comercial del melodrama"
Jesús Martín Barbero, 1993
Afiches de dos telenovelas sacadas del aire por bajo rating.
Por su parte, los productos transmediáticos cautivan. Esta realidad es más que evidente y por ello, ahora pulula la transmedia, no solo en el entretenimiento, sino en la publicidad. Incluso compañías como Disney están viviendo un momento próspero por lo que le representan las denominadas franquicias, que no son otra cosa que la expresión de la transmedia al 100%.
Solo por mencionar un ejemplo, las películas de Avengers y el universo Marvel agotaron sus entradas y fue casi imposible ver los estrenos en sus primeros días debido al lleno de las salas.
En el país, la cinta más taquillera es justamente una de ellas según reportes oficiales. Pero ¿qué es exactamente y a qué principios obedece una telenovela y a cuáles responde la transmedia?
MUY DEFINIDA
Volviendo a la telenovela, hay que mencionar que este género ha sido tan exitoso como criticado por los teóricos. En 2006 Susana Arroyo, resumió en una publicación especializada en la cultura popular: “La telenovela ha sido descalificada por los críticos y considerada como irreal, estereotipada, reiterativa, barata y poseedora de otras características que comparten todas las manifestaciones de la llamada ´cultura popular´”. Curiosamente esos calificativos fueron los que la convirtieron en favorita de los televidentes antes de los 90.
La telenovela o melodrama televisivo, corresponde a una historia de amor donde uno de los enamorados funge como héroe o heroína, el otro es el objeto del amor. La pareja lucha por consolidar y defender su pasión a lo largo de los 100, 140 o incluso 200 episodios que dura la producción. Los obstáculos pueden ir desde la clase social, la raza, la educación, la distancia o un antagonista o villano. Los roles de los personajes no dan lugar a dudas, el televidente sabe quién es bueno y quién es malo. La historia se cuenta en una narración lineal, sencilla, incluso básica, de tal manera que, si el seguidor se pierde un episodio, le será fácil retomar la historia. Y si bien es cierto, hay personajes secundarios con sus respectivos conflictos, también lo es, que, de ninguna manera, estos pueden estar por encima de los protagonistas y su tarea.
Sangre de lobos se emitió en 1992 a las 10 pm por el Canal A.
También hay que decir que la telenovela colombiana ha evolucionado y se desarrolla en distintos ámbitos, es verdad que la protagonista ha dejado de ser una víctima salvada por el amor y ahora muestra mujeres empoderadas y que el galán, ya no solo es motivado por la belleza de su amada, sino que hay otros factores vanguardistas. Sin embargo, el amor sigue siendo el móvil y destino. El desaparecido libretista Fernando Gaitán, considerado como el creador de telenovelas colombianas por excelencia, mencionaba en sus reuniones de trabajo, que esta era una historia que se expande en 200 episodios donde la protagonista recibe 198 noticias malas y dos buenas. La primera cuando conoce al galán y descubre que es el amor de su vida y la segunda, cuando llega al altar con él. Lo que supone sin duda, otro requisito obligatorio del formato: ser predecible. Ningún televidente apuesta a que la estelar terminará con el villano y el galán morirá. En el melodrama lo que se conoce como promesa se cumple.
En 2008, el también creador de telenovelas, Héctor Forero resumió muy bien en su texto sobre libretos de televisión, tres rasgos fundamentales. “Que sea comprensible y cualquier televidente la entienda. Que pese a ser ficción, tenga suficientes elementos que determinan que pueda haber ocurrido. Y que tenga puntos de identificación con el televidente”.
Fernando Gaitán y Héctor Forero, libretistas colombianos
En el melodrama televisivo, no hay lugar a complejidades, los personajes y las situaciones son claras (buenas o malas) y el destino juega un papel determinante: los villanos reciben su merecido y los buenos alcanzan la felicidad. La historia transcurre en un universo que tiene como eje central el amor y las acciones que desarrollan los protagonistas en su búsqueda, cuando estos cumplen su propósito, la narración culmina, no hay lugar a otras historias. Con respecto al canal, es emitida por un solo medio: la televisión. Lo anterior nos permite añadir que en este género no hay probabilidad de participación real del televidente y la única alternativa que tiene si le disgusta, es cambiar de canal. El consumidor de novelas es un receptor pasivo.
SIETE SECRETOS DE LA TRANSMEDIA
Con la convergencia de nuevos medios, que incluyen dispositivos electrónicos, plataformas y en general todo lo que trajo el internet, surgió el concepto de narrativas transmedia o transmedia storytelling, ampliamente estudiado por teóricos como Henry Jenkins y Carlos Scolari, precisamente el segundo hizo un compilado en 2013 de lo que se denomina el Identikit de las NT (Narrativas Transmedias) a la luz de estudios de Henry Henkins, y resumió siete máximas muchas de las cuales están presentes en las narraciones del universo Marvel, Dc, Harry Potter o todo lo que ofrece Disneylandia. La primera es la Expansión Vs profundidad, que hace referencia a la ampliación de la narrativa mediante la viralización en redes sociales y así mismo a la penetración de audiencias, en lo que denomina el núcleo duro de seguidores, es decir los militantes que difundirán y ampliarán la narrativa.
La segunda llamada Continuidad Vs multiplicidad, tiene que ver con la capacidad del texto para ser coherente, pero también independiente. En este aspecto ilustra con personajes que deben responder a una esencia que no puede perder, independientemente del producto o plataforma donde se vea. Por ejemplo, Indiana Jones que es igual en el cómic o en la película.
La tercera es la Inmersión vs extrabilidad, que corresponde a esa capacidad que tiene la narración de sumergir al usuario en ese universo y al mismo tiempo, permitirle que tome elementos del relato y los involucre en su vida real. Plantea un ejemplo claro “Así los niños pueden ver a Harry Potter en el cine o jugar con él en la Wii, pero también crear nuevas historias con los muñecos de Lego inspirados en ese mundo narrativo”.
Una más se refiere a la construcción de mundos, es decir a la verosimilitud del universo que se ha construido en sí mismo.
El quinto rasgo de este identikit es la serialidad, que explica que las piezas y fragmentos que componen la narración no necesariamente deben organizarse de manera lineal. “En las NT la linealidad de lo serial estalla y se convierte en red hipertextual”.
La subjetividad es el sexto aspecto y no es otra cosa que la presencia de subjetividades múltiples, que le licencian a la narración la existencia de variados y complejos personajes que demandan esfuerzo del usuario para comprender los eventos.
Finalmente, aparece la realización, explicada desde la participación activa. “Los fans son evangelizadores a tiempo completo que no pierden la ocasión de promover su narrativa favorita; algunos de ellos dan el paso sucesivo y se convierten a pleno título en prosumidores que no dudan en crear nuevos textos y sumarlos en la red para expandir aún más las fronteras del mundo narrativo”.
Lo que indica que es fundamental que los seguidores puedan experimentar, pero también participar en la creación de nuevos contenidos que expanden aún más el universo.
LA PELÍCULA
Harry Potter:
la Película
el Lego
el videojuego
el Parque de diversiones
el Libro
Es evidente que los dos modelos narrativos (telenovela y transmedia) se ubican en puntos opuestos.
Tal vez coinciden en el afán por lograr identificación o generar emociones en quien los consume y en
esforzarse por tener grandes historias y personajes, siendo estos limitados en el melodrama y múltiples en la transmedia. Esto no parece suficiente para la telenovela que sufre por la indiferencia de nuevas generaciones.
Aunque también hay que ser honesto y decir que en tiempos de pandemia las más icónicas de la pantalla colombiana están siendo retransmitidas y un par de ellas con una aceptación importante, como ocurre como Pasión de gavilanes y Pedro el escamoso; no obstante, también hay que decir que ellas son la excepción. El género como tal agoniza frente a una fortalecida transmedia. En Redes, la sociedad de gestión que agrupa libretistas del país, la mayoría de sus escritores están dedicados a las series, las películas, los cortos, las comedias y las docuseries. El melodrama no está en sus planes, básicamente porque no es solicitado.